Cómo dar un masaje en la espalda



Generalmente, nos quejamos de dolores en la espalda debido a nuestro trabajo y a nuestra rutina diaria, pero estos también pueden deberse a un estilo de vida sedentario. Sea cual sea el motivo, a todos nos gustaría recibir de vez en cuando un buen masaje profesional que nos ayude a liberar tensiones y aliviar alguna que otra contractura muscular. Sin embargo, no siempre podemos permitirnos este tratamiento, te mostramos paso a paso cómo dar un masaje en la espalda, perfecto para sorprender a cualquier familiar o amigo, y después recibir uno a cambio.

Instrucciones
  1. Lo principal para dar un masaje en la espalda es contar con una camilla específica para ello, ya que estas tienen la altura adecuada para que tu espalda no acabe dañada y, sobre todo, aseguran la comodidad de la persona que va a recibir el masaje. Ahora bien, si no dispones de una camilla de masaje, siempre puedes recurrir a otras opciones como una cama, el sofá e incluso sobre una mesa colocando algunas toallas encima para que la superficie no sea tan dura.
  2. La persona que va a recibir el masaje debe quitarse la ropa de la parte superior del cuerpo (jersey, camisa, camiseta, etc.) y desabrocharse el pantalón para que así puedas acceder mejor a la parte baja de su espalda, más conocida como zona lumbar. Después puede tumbarse boca abajo en la camilla, y debes colocarle una almohada o cojín bajo su barriga para evitar que la curvatura de la parte baja de su espalda aumente.
    Además, pon una toalla doblada debajo de su frente para tratar de mantener su cuello derecho, aunque si la camilla tiene un agujero en el que pueda colocar la cara, es mejor hacerlo.
  3. Una vez esté bien colocada, debes colocar un trozo de papel o una toalla sobre sus pantalones, falda o ropa interior, es decir, a la altura de su cintura. Esto evitará que la ropa se manche por la crema o aceite que se aplique después de dar el masaje.
  4. Antes de empezar a dar un masaje en la espalda, debes informar a la persona que lo va a recibir que vas a empezar a ejecutar el masaje. Además, es importante que le digas que si en algún momento le resulta incómodo o doloroso que te lo haga saber. Toma en cuenta que, primero, el masaje se centrará en una parte de la espalda y después en la otra, ambas separadas por la columna vertebral.
  5. Para empezar el masaje, colócate a un lado del paciente y vierte en una de tus manos un poco de aceite o crema. Seguidamente, frota ambas manos para calentar el producto y lograr que no esté tan frío en el momento de aplicarlo sobre su espalda.
  6. Cuando el producto se haya calentado ligeramente, extiéndelo alrededor de la espalda del paciente mediante movimientos suaves y superficiales con la yema de tus dedos, como si se trataran de caricias. Debes hacer los movimientos desde el cuello y los hombros hacia la parte baja de su espalda. Tras unas 5 o 6 caricias, realiza los mismos movimientos pero con un poco más de presión. De esta forma, llegarás a tejidos más profundos.
  7. El siguiente paso consiste en amasar la piel y los músculos del paciente con la yema de los dedos. Debes tener los brazos extendidos y el movimiento se basa en amasar mediante círculos desde la cintura hasta llegar a los hombros, pasando por las distintas partes de la columna vertebral. Este paso se debe repetir en 3 ocasiones.
  8. Después debes trabajar más los músculos mediante movimientos que lleguen a zonas más profundas de la espalda. Para ello, pon las manos en forma de "L", es decir, cada dedo pulgar a 90º con respecto a los otros 4 dedos de la mano (los cuales se encuentran juntos). El movimiento que se tiene que hacer consiste en mover los cuatro dedos de una mano en dirección al dedo pulgar de la mano opuesta. Hay que hacerlo con presión e ir reduciendo la distancia de manera gradual entre el dedo pulgar y el dedo índice. Se trata de hacer el movimiento de manera alterna, es decir, intercambiar las manos como si se tratara del movimiento de un limpiaparabrisas, y hay que repetirlo por toda la espalda unas 3 veces.
  9. Cuando los músculos ya hayan sido trabajados, debes hacer un masaje con los nudillos evitando pasar por encima de la columna vertebral. El modo de hacer el masaje nudillar, consiste en colocar los brazos rectos y los puños en la espalda del paciente. El movimiento consiste en deslizar los puños con presión desde la cintura hacia arriba. Al cabo de unas tres pasadas por toda la espalda, hay que arrastrar los nudillos hacia atrás con ligereza, insistiendo en esas partes que notemos más contracturadas y, sobre todo, en los hombros. Recuerda que cuando hayas finalizado con una parte de la espalda, debes hacer lo mismo en el otro lado.
  10. Después del masaje nudillar, se debe hacer presión en la columna del paciente con los dedos pulgares. Para ello, debes extender ambos pulgares entre la columna vertebral y los omóplatos (huesos que tenemos detrás de la espalda y por encima de nuestras costillas posteriores, a cada lado de la columna vertebral) y hacer una presión mantenida con uno de los pulgares desde las caderas hasta la cabeza.
  11. A continuación, tienes que hacer el mismo movimiento de deslizar los pulgares por la espalda del paciente, pero esta vez con ambos pulgares a cada lado de la espalda y haciendo el movimiento en dirección opuesta. Es decir, tienes que hacer una presión constante y deslizando los pulgares desde los hombros hasta las caderas del paciente. Este movimiento hay que repetirlo varias veces según la anchura de la espalda. Cada vez hay que poner los dedos pulgares más distanciados de la columna vertebral, y por tanto más distanciados entre ellos.
  12. Para ir terminando el masaje, tienes que hacer unos giros que se consiguen colocando ambas manos en la parte baja de la columna vertebral, y el movimiento consiste en deslizar una mano hacia ti y la otra hacia el lado opuesto haciendo una pequeña presión, como si frotáramos la piel del paciente. Este movimiento tienes que hacerlo por toda la espalda tres veces, es decir hay que llegar hasta los hombros y volver a bajar.
  13. El último paso para indicar que el masaje de espalda ha terminado, consiste en extender los dedos de ambas manos y deslizar las yemas de estos a lo largo de toda la espalda. Haz cada vez el movimiento más lento y más superficial, como si las manos estuvieran flotando. Al terminar, tienes que poner una toalla por encima de la espalda del paciente para que no coja frío.
Necesitas
  • Toallas.
  • Crema o aceite.
  • Camilla, cama o mesa.
Consejos
  • La temperatura del cuarto en el que vamos a hacer el masaje tiene que ser agradable, porque sinó la persona que reciba el masaje no lo va a disfrutar.
  • No hay que hacer presión por encima de la columna vertebral.
  • Ten cuidado de no hacer la misma presión en la parte baja de la espalda, porque en esta zona no hay costillas que protejan los órganos internos.
  • Una vez hayas puesto las manos encima del paciente, no puedes dejar de tocarlo en ningún momento a lo largo del masaje.
  • Se recomienda que la persona que recibe el masaje se levante lentamente, porque su cuerpo esta muy relajado y podría caerse.


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