10 consejos para combatir el calor por la noche y poder dormir
En verano, las altas temperaturas provocan que conciliar el sueño por las noches se convierta en una misión imposible
Vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño... Esta es una de las escenas más repetidas en estas noches estivales. La razón es que el verano altera nuestros ciclos habituales de sueño por diversos factores pero uno por encima del resto, el calor.
Las altas temperaturas con los que convivimos en las noches veraniegas afectan a un 25% de la población española, según un estudio elaborado por «Oi2» destaca que son las personas mayores de 65 años las más afectadas por esta patología (67 por ciento de afectados) seguido por los adultos (30 por ciento) y los jóvenes (25 por ciento).
Una mala noche de sueño trae consecuencias negativas a la mañana siguiente tales como somnolencia, cansancio, irritabilidad, baja del rendimiento y dificultades para mantener la concentración.
En primer lugar es importante cenar liviano y tratar de comer poco.
Alimentarse principalmente de alimentos ricos en agua como las frutas y las verduras, evitando a toda costa las grasas saturadas y carnes rojas que necesitan mucha agua para su digestión, provocando que el cuerpo tiende a deshidratarse.
Además es recomendable dejar un tiempo prudencial entre la hora de la cena y el momento de ir a dormir, ya que si nos vamos a la cama con el estómago lleno esto nos dificultara aún más conciliar el sueño.
1 Cenar liviano
Las altas temperaturas con los que convivimos en las noches veraniegas afectan a un 25% de la población española, según un estudio elaborado por «Oi2» destaca que son las personas mayores de 65 años las más afectadas por esta patología (67 por ciento de afectados) seguido por los adultos (30 por ciento) y los jóvenes (25 por ciento).
Una mala noche de sueño trae consecuencias negativas a la mañana siguiente tales como somnolencia, cansancio, irritabilidad, baja del rendimiento y dificultades para mantener la concentración.
En primer lugar es importante cenar liviano y tratar de comer poco.
Alimentarse principalmente de alimentos ricos en agua como las frutas y las verduras, evitando a toda costa las grasas saturadas y carnes rojas que necesitan mucha agua para su digestión, provocando que el cuerpo tiende a deshidratarse.
Además es recomendable dejar un tiempo prudencial entre la hora de la cena y el momento de ir a dormir, ya que si nos vamos a la cama con el estómago lleno esto nos dificultara aún más conciliar el sueño.
2 Tomar líquido suficiente durante el día
Los médicos recomiendan en estos días de tanto calor tomar entre dos y cuatro litros de agua diaria, además aconsejan que se beba durante todo el día y no de golpe para evitar eliminar el agua de inmediato y así mantener el cuerpo hidratado para la noche.
Aunque apetezca tomarse el agua helada para combatir el calor, los especialistas recomiendan beberla a una temperatura más moderada, fresca pero nunca helada para así no dañar las mucosas y la faringe.
A parte del agua, también podemos recurrir a zumos de frutas o té fríos que nos ayudara también a refrescarnos e hidratarnos.
Para evitar levantarnos a media noche, se recomienda no beber líquidos en abundancia en una o dos horas antes de dormir.
3 Evitar el consumo de cafeína, bebidas energéticas y alcohol
Evidentemente, antes de acostarnos deberemos evitar las bebidas que contengan cafeína, como un café con hielo o bebidas gaseosas, así como el ingesto de dulces que nos pueden provocan una hipoglucemia que nos interrumpiría el sueño por las noches.
También debe moderarse el consumo de alcohol, pues su efecto de somnolencia es efímero e impide alcanzar las fases profundas del sueño.
4 La siesta es recomendable
Los médicos aconsejan que descansar en las horas más calurosas del día puede favorecer a conciliar el sueño luego por la noche.
Neurofisiólogos importantes sostienen que la siesta es beneficiosay una necesidad biológica, siempre que no sea muy larga (recomiendan que no supere los 20-30 minutos).
Hay quien afirma incluso que el organismo tiene una disposición natural a dormir dos veces diarias: una cabezada al mediodía y una serie de horas por la noche
5 Ventilar la habitación y bajar las persianas durante las horas de sol para mantenerla fresca
Es importante mantener siempre la casa lo más fresca posible, esto es muy fácil con la ayuda del aire acondicionado, pero para aquellas personas que no lo tienen existen diferentes métodos para evitar tener un calor excesivo en las habitaciones.
En primer lugar, durante las horas de sol se deben tener las persianas y toldos bajados para evitar así que el cristal de las ventanas de los dormitorios estén desprendiendo mucho calor.
De igual modo que con la llegada de la noche abrirlas y refrescar el ambiente, esto facilitara a bajar la temperatura del lugar donde vamos a dormir.
Los médicos recomiendan que siempre que sea posible se intente dormir con las ventanas abiertas y evitar utilizar el aire acondicionado.
6 El apropiado uso del aire acondicionado y ventilador
Las personas que tengan aire acondicionado no tendrán problemas con las altas temperaturas por las noches pero un mal uso de él puede convertirlo finalmente en algo perjudicial para nuestra salud.
Los expertos dan varios consejos para un buen uso:
En primer lugar, recomiendan que el aire no se dirija nunca directamente al cuerpo de la persona y si es posible, que este ubicado fuera del dormitorio.
La temperatura óptima para dormir debe de oscilar entre los 20 y 22 grados, por lo que no debemos poner nunca el aire acondicionado a una temperatura inferior.
La consecuencia de dormir con el aire acondicionado en la misma habitación, con la temperatura demasiado baja, o con los filtros en mal estado puede provocar sequedad en las mucosas, que facilitará los enfriamientos, y entraña bastante riesgo para las personas con asma.
7 No llevar a cabo ejercicio físico justo antes de dormir
Es recomendable que antes de irse a dormir sólo se realicen únicamente actividades relajantes para así conciliar el sueño de una manera más rápida.
El ejercicio libera adrenalina y noradrenalina, dos estimulantes de tu cuerpo que elevan el ritmo cardíaco y la temperatura corporal provocando que te sientas más activo y despierto.
8 Ducharse con agua tibia justo antes de acostarse
En este aspecto, se han escuchado todo tipo de versiones desde que al ducharnos con agua caliente el cuerpo se adapta al ambiente y vamos a poder dormir mejor, hasta que el agua fría refresca inmediatamente pero hace que después el cuerpo genere más calor.
Los expertos nos recomiendan que la ducha no sea con agua a menos de 18 grados y que tenga una duración no superior de 10 minutos para evitar tener calambres.
Por tanto, aunque la ducha con agua helada te pueda producir una sensación refrescante de forma momentánea para dormir, lo más aconsejable es ducharse con agua tibia, aunque al principio sea incómodo bañarnos con agua caliente, al poco tiempo ya fuera del agua, tendremos una sensación de fresco más duradera que es lo que realmente estamos buscando.
9 Dormir con un pijama de algodón ya que permite la absorción de la transpiración
Cuando se duerme sin ropa no se evapora la humedad entre el cuerpo y la superficie en la que se descansa. Provocando durante la noche una mayor sensación de calor.
En cambio, el algodón es un buen material para ropa de verano, ya que mantiene la sensación de nueva y fresca.
Además es un material que respira, de ahí que los pijamas de algodón sean tan utilizados durante el verano.
10 Dormir de lado
La raíz de muchos de los problemas a la hora de dormir se encuentra en la posición corporal que adoptamos en la cama, y que en muchas ocasiones no sólo provoca dolores en nuestras articulaciones al día siguiente, sino también hace que el sueño sea cada vez más difícil de alcanzar.
En verano, es conveniente dormir de lado ya que es la postura donde menos parte de nuestro cuerpo pega con las sabanas y por lo tanto más sensación de frescor tendremos durante la noche.
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